Imagen Portada

Imagen Portada

lunes, 12 de junio de 2023

EL RECTÁNGULO EN LA MANO DE SERGIO LARRAIN

 


Ediciones  Xavier Barral acaba de reeditar una auténtica joyita, en formato similar a un cuaderno de notas, con unas dimensiones de 12x18 cm, y textos en español y portugués, el libro contiene apenas 17 fotografías.

Publicado inicialmente en 1963, este legendario libro es la primera publicación de Sergio Larraín, y pronto se convertiría en una obra fundamental para la fotografía chilena y latinoamericana. Publicada originalmente en la serie "Cuadernos Brasileiros", en colaboración con el poeta y agregado cultural de la embajada brasileña Thiago de Mello, muestra sutilmente, a través de 44 páginas, la visión de la fotografía de Larraín.


Nacido niño bien en Santiago, había desoído el mandato familiar (su padre era el arquitecto estrella de Chile), abandonó una carrera universitaria en Estados Unidos y se volvió a su tierra a sacar fotos, a principios de los años ’50. Una serie suya sobre los chicos de la calle que vivían en las alcantarillas del río Mapocho, en pleno centro de Santiago, llegó a manos del gran Edward Steichen cuando dirigía el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Steichen compró dos de su bolsillo, las donó al museo y le escribió a Larraín que por favor siguiera sacando fotos. Con ese cheque de Steichen, Larraín partió a Valparaíso, se pasó un año vagando por sus calles y el puerto e hizo un libro maravilloso, chiquitito, en el que casi todas las fotos son verticales, y cualquiera que haya subido al funicular de Valparaíso entenderá que no hay otra manera de ver esa ciudad: todo es vertical ahí, todo sube o baja por esas calles que caen al mar. Una imagen legendaria de esa serie es conocida en el mundo de la fotografía como “la foto mágica”: una nena sube por unas escaleras al sol, otra nena va bajando en segundo plano por las mismas escaleras, una viene hacia la cámara, la otra se aleja, nos da la espalda escaleras abajo, son asombrosamente iguales las dos, el mismo pelo, el mismo vestido, la misma actitud corporal.


Sergio Larraín consideró por primera vez su trabajo desde un punto de vista teórico:  "Cuando vuelvo la mirada hacia afuera, cámara en mano, en realidad estoy mirando hacia adentro en busca de imágenes; solo puedo materializar ese mundo de fantasmas cuando veo algo que resuena dentro de mí. La realidad visible, la raíz del esfuerzo fotográfico, también es una de los vértices rectangular interacción: rectángulo en mano (la cámara), busco la geometría. Fotografía: él (el sujeto), renderizado geométricamente ". Esta definición, construida como un silogismo y con un guiño al haiku, expresa el espíritu impulsor que reaparecería en sus escritos filosóficos.


Reeditada como un facsímil conforme al original, esta versión de El rectángulo en la mano (así es como el autor llamaba a la cámara),  editada libremente en tapa dura, con un ensayo de Agnès Sire, es un homenaje al emblemático libro del fotógrafo chileno.


No hay comentarios:

Publicar un comentario