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lunes, 6 de mayo de 2024

UN CABALLERO EN MOSCÚ

 


Hace no mucho tiempo tuve el placer de leer la novela de Amor Towles,  Un caballero en Moscú. Ahora me encuentro con que ha sido convertida en una serie para televisión que se ofrece a través de la plataforma SkyShowtime, así que voy a aprovechar para hablar un poco de ambas cosas. 

La novela está escrita con todo el ingenio y la elegancia que suele acompañar a las obras de Amor Towles. Nos habla sobre la resilencia que es capaz de afrontar el ser humano cuando las cosas vienen mal dadas. 

El personaje principal de la historia, que estará muy bien acompañado a lo largo de sus peripecias vitales, es el conde Aleksandr  Ilich Rostov, condenado a muerte en 1922 por los bolcheviques que sin embargo consigue eludir la condena gracias a un poema de juventud quedando está trastocada a una estancia de por vida en el hotel Metropol, lugar en el que ya habitaba antes de ser arrestado, y del que no podrá salir jamás bajo pena de ser ejecutado. 

El Metropol, microcosmos de la sociedad rusa y conspicuo exponente del lujo  y la decadencia que el nuevo régimen se ha propuesto erradicar, se irá transformando, como el mismo conde, con el pasar de los años, pero mientras eso ocurre serán muchas las aventuras y desventuras que ocurrirán entre sus paredes. El conde Rostov, privado de la mayoría de sus privilegios, irá construyendo una apariencia  de normalidad a través de los lazos afectivos con algunos de los  variopintos personajes del hotel, lo que le permitirá descubrir los  jugosos secretos que guardan sus aposentos. Así, a lo largo de más de  tres décadas, el conde verá pasar la vida confinado tras los inmensos  ventanales del Metropol mientras en el exterior se desarrolla uno de los períodos más turbulentos del país.

Leer este libro es un auténtico placer. Tiene todo lo que debería tener una novela: es ingeniosa, interesante, poética, por momentos divertida y nos hace pensar en la injusticia con una perspectiva diferente y en el valor de las relaciones humanas. 

En cuanto a la serie que se está emitiendo en estos momentos, en contra de lo que suele ocurrir cuando uno lee un libro y después lo ve reflejado en la pantalla del cine o de un televisor, debo decir que me ha sorprendido gratamente. Su protagonista Ewan McGregor, así como el resto de los personajes están muy creíbles en sus respectivos papeles y la recreación del hotel se ha llevado a cabo con gran esmero. El único pero que le puedo poner es la falta de veracidad al elegir a los actores, ya que en la época y el lugar del que hablamos, Moscú,  no era muy frecuente la diversidad de razas, aunque supongo que el que se hayan incluido personas de color en la producción se deba a las dichosas cuotas con las que nos encontramos ahora por todas partes y que en muchas ocasiones hacen que una recreación carezca del rigor necesario históricamente. Pero si nos centramos en la historia y dejamos a un lado esos detalles la producción está muy lograda y nos hace disfrutar de algunos momentos realmente mágicos.