EL TABLERO DE LA REINA, DE LUIS ZUECO

 

Año 1468. Castilla se encuentra en un momento crucial de su historia. Alfonso de Trastámara ha muerto en sospechosas circunstancias y Enrique IV se alza como rey obligando a su hermanastra Isabel, la única que podría oponerse a sus planes, a firmar la paz. Ella acepta, pues está destinada a convertirse en Isabel la Católica y sabe que las grandes partidas no se ganan en el primer movimiento.

Mientras los asuntos de la Corte mantienen al reino en vilo, el misterioso asesinato de un noble une fortuitamente a Gadea, una joven apasionada del ajedrez que esconde un oscuro pasado, y a Ruy, un cronista amante de la Historia y los libros. La peligrosa carrera a contrarreloj de ambos para descubrir al culpable se entrelaza con las conspiraciones y las guerras de la Corte de Isabel, quien bajo su mandato supo moverse como una maestra en el tablero y transformó para siempre la figura de la reina en el ajedrez.

Dice el autor en un comentario al final del libro, que el ajedrez es el único juego en el que el azar no interviene. Nadie tiene suerte en este juego, solo ingenio. Se prima la inteligencia, la astucia, el juego psicológico y el aprendizaje de tus propios errores. Es también, y esto lo añado yo aunque no sepa jugar al ajedrez, un juego para gente paciente, perceptiva y perspicaz, en cierto modo capaz de prever el futuro. En el Medievo, era considerado un juego de reyes. 

Pero el ajedrez es también una metáfora que puede explicar múltiples aspectos fundamentales de la vida, de la sociedad, de la política, al fin y al cabo es un juego de estrategia. Y así es como nos adentramos en las diversas tramas de esta historia, en la que están en juego mucho más que las piezas sobre el tablero. El reino de Castilla tiene varios pretendientes, el legítimo rey Enrique IV de Trastámara, su hermanastro Alfonso que aspira a ocupar su puesto pero que muere muy joven. Y dado que el rey no tiene hijos varones, la sucesión a éste debe decantarse entre dos mujeres, la hermana de Alfonso, Isabel y la hija de Enrique, Juana (la Beltraneja), cuya paternidad provoca dudas entre los nobles del reino. 

Las luchas por el poder son encarnizadas, tanto en los campos de batalla como en los salones palaciegos. Tanto el rey como sus adversarios están a merced de los favores de los nobles, de los influyentes, del clero. Ellos tienen mucho que decir y mucho por lo que apoyar a uno u otro bando según el viento les sea más o menos favorable. Y en medio de toda esta vorágine dos personajes serán quienes cobren mayor importancia para el lector, Gadea, una conversa cuya vida no ha sido fácil y que por designios del azar se ha convertido en la mejor jugadora de ajedrez del reino, capaz de derrotar a todos con los que se enfrenta y Ruy un cronista amante de la historia, que se ve envuelto en un asesinato que no ha cometido pero del que pretenden culparle. Ambos deberán huir y aunar sus fuerzas para encontrar al verdadero culpable y también un valiosísimo libro escrito por el Rey Sabio, Alfonoso X, “El libro de los juegos”. 

Te aseguro que cuando leas este libro desearas haber prestado más atención en clase cuando estudiabas la historia del siglo XV y además tanto si eres jugador como si no de ajedrez, estoy segura de que encontrarás detalles que no conocías de este juego y que harán que quieras saber más.