domingo, 30 de marzo de 2025
PABLO RIVERO DA UNA NUEVA VUELTA DE TUERCA EN ‘EL REBAÑO’
viernes, 14 de marzo de 2025
VOLVER LA VISTA ATRÁS, DE JUAN GABRIEL VÁSQUEZ
Acabo de terminar de leer La novela del colombiano Juan Gabriel Vásquez ‘Volver la vista atrás’, sobre la vida del cineasta Sergio Cabrera. No es un tipo de libro que habitualmente figure en mi biblioteca. Las biografías, aunque sean noveladas no siempre me atraen.
En esta ocasión fue una amiga con la que a veces comparto gustos literarios quien me lo regaló y tengo que decir que se lo agradezco muchísimo pues si bien lo empecé con algo de reticencia, no tuve que leer más de media docena de páginas para quedarme totalmente enganchada en la historia de la familia Cabrera y también en la prosa de Juan Gabriel Vásquez.
Dice el autor que volver la vista atrás es una obra de ficción, pero que no hay en ella episodios imaginarios. También comenta que el acto de ficción ha consistido en extraer la figura de esta novela del gigantesco pedazo de montaña que es la experiencia de Sergio Cabrera y su familia, tal como le fue revelada a lo largo de siete años de encuentros y más de treinta horas de conversaciones grabadas.
El libro narra la historia de Sergio Cabrera y su hermana Marianela cuando aún siendo unos niños, sus padres los dejan solos en la China Popular revolucionaria para que reciban la educación proletaria que ellos creen que deben tener y para que más tarde se unan a las guerrillas colombianas, donde recalan años después también por la decisión tomada por los padres, especialmente por Facundo Cabrera. Juan Gabriel Vásquez narra todas las vicisitudes por las que pasan estos dos personajes, Sergio y Marianela, primero como niños y luego como adolescentes, de un modo desapasionado, imparcial y con una absoluta sobriedad.
Otra cosa es como lo recibe el lector, al cual, al menos a mí me ha ocurrido, le resulta difícil entender cómo se puede llevar una ideología, da igual cual, hasta extremos tales que se ponga por delante de la seguridad de los propios hijos. Cómo en nombre de la revolución, por muy legítima que sea, ahí cada cual opine lo que considere oportuno, se les abandona primero y se les envía a la lucha después en medio de una selva en la que no solo hay que combatir al enemigo sino también a la naturaleza y a los propios compañeros.
En cualquier caso creo que Juan Gabriel Vásquez ha hecho un gran trabajo y ha conseguido una novela que te engancha desde la primera a la última página. De hecho a mí no me hubiera importado que se hubiera alargado un poco más porque se me han quedado datos en el tintero, que me hubiera gustado conocer. Por ejemplo, me hubiera gustado que se le diera voz a Marianela en múltiples momentos, ya que la historia está contada bajo la mirada de Sergio y creo que eso resulta en una serie de vacíos que me hubiera resultado interesante que se rellenaran.
Os recomiendo la lectura de ‘Volver la vista atrás’ al cien por cien.
sábado, 22 de febrero de 2025
SONO UN VIOLÍN EN PARÍS, LA GUÍA DE VIAJES DE MARÍA REIG
Acabo de terminar la última novela de María Reig, lo cual me ha costado muchísimo y si no fuera poque soy incapaz de dejar un libro una vez empezado debo de decir que he estado tentada a hacerlo en numerosas ocasiones.
No es que el libro no esté bien escrito, ni mucho menos mal documentado, todo lo contrario. El problema precisamente es que tiene un exceso de documentación y que podría considerarse mucho más acertadamente como una guía de viajes o un tratado de historia e historia del arte que una novela. Lo cual no deja de ser interesante, pero cuando se está leyendo una novela uno espera que todo eso sea, por decirlo de algún modo, el envoltorio que recubre el interior y que en ese interior haya una historia que se desarrolle con un cierto interés.
Hay un momento en el libro en que se dice que lo peor que le puede pasar a una novela es que en las 100 primeras páginas no pase nada, la cita no es literal, pero si el sentido de la misma. Pues bien teniendo en cuenta que el libro de María Reig tiene más de 500 páginas, sería bastante prudente decir que en las 150 primeras páginas no pasa nada de nada, a parte de la presentación bastante somera de los distintos personajes. Tampoco es que haya mucho más desenlace en las que las siguen.
El argumento se va planteando en pequeñas dosis que se diluyen en la inmensidad de datos sobre ciudades, iglesias, palacios, calles y obras de arte, de tal manera que a menudo queda perdido entre todo ello. En cada capítulo del libro no habrá más de un diez por ciento que esté dedicado a desarrollar las distintas vicisitudes de los personajes, el resto es una lección de historia.
No es que me parezca mal, yo misma soy viajera y en algunos momentos el libro me ha hecho rememorar lugares que he recorrido en mis viajes por distintas partes de Europa, pero sinceramente si hubiese querido una guía de viajes hubiera recurrido directamente a una, las hay muy buenas, incluida la Va De Baker, en la que la escritora se ha inspirado.
Por otro lado el escaso argumento es bastante predecible y solo en las últimas 50 páginas parece que María Reig se decide a poner un poco de orden en una historia que a esas alturas prácticamente carece de interés.
Lo siento, pero aunque hay otras novelas de la autora que he leído con interés y me han encantado, está no es una de ellas.
Sinopsis
El escritor don Guillermo Bogarín sonríe satisfecho al pensar en el selecto grupo que ha logrado reunir: ha merecido la pena el trabajo dedicado durante meses a preparar ese tour por Europa. Apenas quedan dos días para el 25 de septiembre de ese año 1893 para que esos nueve viajeros partan de la estación de Lyon en París para recorrer, durante casi dos meses, parte de la Italia recién unificada, algunos territorios de Austria-Hungría y ciertos lugares de las nuevas fronteras del Imperio alemán. Son el arquitecto Jacobo Figueroa y su amigo, el ambicioso empresario Juan Álvarez-Caballero; el intransigente pintor impresionista Ferdinand Mercier, su buena amiga Jeanne Leroy, empresaria teatral de éxito tras la muerte de su marido, a quien acompaña su sobrino, el inconstante Henri Collet; la condesa rusa Karimova; la señora Dupont, propietaria junto a su marido de una editorial de música y promotora de jóvenes talentos de este arte, y Clara Balaguer, virtuosa violinista y una de sus representadas.