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sábado, 14 de octubre de 2023

EL PROBLEMA FINAL DE ARTURO PÉREZ-REVERTE


Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.


Nadie duda a estas alturas de que Arturo Pérez-Reverte es un gran escritor, pero como decía mi abuela, “hasta el mejor escribano echa un borrón”. Y es que en mi opinión y teniendo en cuenta que el propio autor afirma que con esta obra ha querido hacer un homenaje a los grandes autores de la novela-problema, (no sé de dónde ha sacado ese término el señor Pérez-Reverte, yo desde luego no lo había oído nunca), esta novela es un auténtico fiasco, es una obra totalmente fallida. 

Vamos por partes, para empezar los personajes son totalmente planos, no levantan interés alguno, incluido el protagonista. Las escenas se suceden sin que en ningún momento hayan conseguido engancharme, nunca he sentido la necesidad de pensar, “una página más”. Todo lo contrario, en muchos momentos he estado tentada de dejarla y si no lo he hecho ha sido por saber hasta dónde podría llegar el señor Pérez-Reverte con este compendio de citas y anecdotario, que es a lo que se aproxima más la obra que a una auténtica novela. 

Estoy segura que los seguidores de Arturo Pérez-Reverte tacharán mi crítica de infundada, y quiero aclarar que en ningún momento pongo en duda que sea un gran escritor, pero esta vez no. La obra es monótona, repetitiva, excesivamente larga para lo que ofrece y sin querer dármelas de nada, a lo mejor porque soy una devoradora de este tipo de libros, debo decir que yo sí presupuse el final bastante antes de llegar a él, o al menos una buena parte del mismo. 

Con decir que ha habido momentos en los que he llegado a dudar de que la novela la hubiera escrito él, o a pensar que se trataba más bien de la obra de uno de esos programas de inteligencia artificial de los que tanto se habla ya lo digo todo. Señor Pérez-Reverte tiene usted un problema, esperemos que no sea uno final. 




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